Empezar a practicar el ciclismo urbano puede parecer que se necesita ser un gran ciclista. Eso no es cierto, cualquier persona puede realizarlo sin problemas. Sin embargo, se vuelve más fácil y seguro con los siguientes consejos.
1. La bicicleta adecuada
Como cualquier vehículo, la bicicleta necesita estar en condiciones óptimas por seguridad. No se necesita tener la última del mercado, pero sí una que haga sentir segura al ciclista. Hay que revisar como mínimo que:
- no haya fisuras en alguna sección
- esté bien aceitada y limpia
- los neumáticos tengan la presión adecuada
- los frenos y las marchas respondan como se debe
La comodidad es muy importante a la hora de andar en bicicleta. Permite fluidez y no provoca dolores o lesiones por forzar movimientos o posiciones extremas. Para ello es importante contar con una bici del tamaño adecuado para la estatura de la persona.
La altura y la forma del manubrio es muy importante, también, para darle más facilidad a la hora de maniobrar y que no obligue a la persona a estar en una posición que le canse.
La altura del sillín debe ser tal que le permita a la pierna extenderse lo más posible al pedalear. Esto le da mayor potencia, velocidad y evita lesiones al hacer “un mal esfuerzo”.
2. Aprendizaje en grupo
El ciclismo urbano tiene una serie características que lo hacen diferente del recreativo. Andar en la ciudad y ajustarse a las reglas de tránsito en el día a día. Además, el comportamiento de conductores de automóviles y peatones es diferente.
Es más seguro andar en grupo para alguien está por empezar a practicar el ciclismo urbano. Entre varios es más fácil que los automovilistas respeten al ciclista.
También es más sencillo aprender técnicas y consejos de los más experimentados así como detectar cuáles rutas son más seguras o cuáles requieren de más o menos esfuerzo físico para transitar.
3. Protección
El casco es de los principales artículos de protección que pueda tener un ciclista urbano. En muchas ocasiones las vías no están en la mejor condición o las maniobras de conductores de automóviles no son las adecuadas y es por ello estar preparado para evitar una lesión importante o incluso la muerte.
En caso de una caída, una reacción natural es tratar de amortiguarla colocando primero las manos. Por eso es necesario contar con guantes de ciclismo y evitar heridas y raspones en las palmas.
Los chalecos o bandas reflectivas y las luces son vitales si hay que manejar de noche o en un día oscuro, tal como sucedería conduciendo un carro. Permite ver y ser visto.
4. Condición física
Para practicar el ciclismo urbano no se tiene que ser Andrey Amador. Pero sí es recomendable que se haga ejercicio como un complemento al esfuerzo físico que vas a realizar al trasladarte.
Una buena condición permite moverte con más facilidad y seguridad. Hay cuestas que un peatón o un conductor “no siente” pero que requieren de cierto esfuerzo al ciclista que, si pierde fuerzas subiéndola, puede tener un accidente.
Ojo, no se trata de prepararse para participar en el Tour de Francia, pero sí prepararse para un pequeño nivel de exigencia.
5. Cambiar llantas
Es una descompostura común y de fácil arreglo que se puede “volver un mundo”. Primero hay que saber cómo desmontar una rueda y después cómo cambiar el neumático.